El triunfo de Sportivo Pocitos ante Zapla fue el justo y merecido para una actuación destacada del equipo salteño, más allá de cualquier comentario que raya la locura o fanatismo desmedido en cuanto a la actuación del árbitro el que, para el autor de estas líneas, dirigió de manera inobjetable.
Los fallos y la actuación de los expulsados
Más allá de un off side mal cobrado o una mano que puede o no ser sancionada es dable analizar las jugadas claves que pudieron ser de incidencia en el juego. Párrafo aparte, es imposible dejar de mencionar la reprochable actitud de los jugadores de Altos HornosZapla, especialmente Pegini y Ramírez.
El penal sancionado, en el primer tiempo, fue a raiz de una mano grosera del defensor que nunca quiso evitar el contacto con el balón. El árbitro no dudó en señalar el punto penal, bien otorgado nada que recriminar.
A partir de esta jugada, los reclamos desmedidos se repitieron y uno los protagonistas se iría expulsado: el Goleador Ramirez. Agravió al referee, de manera clara y agresiva, por lo que se debe tomar como correcta su expulsión del campo de juego.
La segunda expulsión
La reacción del arquero fue inaceptable, ya que se negó a jugar en toda la tarde y se tomó demasiado tiempo en cada salida del arco. Su primera tarjeta llegó luego de reiterados llamados de atención, su expulsión por gestos antideportivos contra el juez fue más que merecida.
El desempeño del arbitro Diaz, a juzgar por lo que se pudo ver, fue el de buscar evitar que se el match se desvirtúe por el juego bruco e intentó llevar, con rienda muy corta, las acciones del partido.
En lo futbolístico, Sportivo Pocitos demostró una actitud deportiva y respetuosa hacia el arbitraje y el equipo rival. Altísimos rendimientos en las actuaciones de Cisneros, Rosales, Nuñez, Caceres, Alvarez y Valor. Un equipo que quiso ser protagonista, que busco siempre marcar diferencias, que estuvo ordenado táctica y estrategicamente. Salinas planteó un partido perfecto. Sportivo Pocitos borró de la cancha al rival.
La victoria de Sportivo Pocitos ante Zapla fue justa y merecida. Que el árbol no tape el bosque, porque pareciera que un arbitro cabeceo, definió o marco algún gol. Cobro un penal pero Reyes pudo haberla tirado afuera, en el segundo Rosales corrió más de sesenta metros y nadie salió a cortarlo y en el tercero se vio a toda una defensa visitante estática y sin reacción.
Esto es futbol y que una mala tarde de uno de los "candidatos del certamen" no opaque el trabajo de un club que, al igual que el histótrico Altos Hornos Zapla, busca lo mismo: Ascender.